Descalificar la Religión

 

Tras el asalto  de Pedro Sánchez a la Moncloa, el “aparato” del PSOE ha puesto en marcha toda su maquinaria pesada para derrumbar el corpus legislativo aprobado por el PP e, incluso, por el propio partido socialista. Aprovechando la descomposición del partido popular,  que han descolocado a Rivera y que media España está cerrada por vacaciones, han desempolvado todas las ideas más impactantes sobre sanidad, educación, economía, memoria histórica, autonomías, impuestos, feminismo…,  para recuperar el voto perdido  y para que el paso por la Moncloa sea algo más duradero que el alquiler de un piso turístico por el actual inquilino.

Sobre las medidas que tiene en proyecto hemos oído y leído numerosas  opiniones. Voy a reflexionar acerca de  la “descalificación” de la asignatura de Religión en la educación. He tenido la suerte de impartir en varias ocasiones la materia alternativa a la Religión: Ética, en los años ochenta; “alternativa”, con variopinto currículum (El hecho religioso, Estudio dirigido, juegos de mesa…) en la primera década de nuestro siglo. También he trabajado la Educación para la Ciudadanía con 3º de ESO.

Había unos hechos objetivos: en los Centros públicos en los que felizmente he trabajado, los alumnos (o sus padres) optaban mayoritariamente por la Religión.  Otro, también objetivo, es que el enfoque ético que recibían mis alumnos en determinados temas era diferente al de la doctrina católica.  Y, por último, ni la Religión ni sus alternativas laicas llegaban a imprimir carácter en los estudiantes. Preguntaba un día, en clase de COU, donde la mayoría estaba matriculada en Religión, ¿qué era el Corpus? Estábamos en Granada, y en vísperas de nuestra fiesta mayor. Nadie respondió.

Suprimir la calificación de la materia de Religión es firmar con sarcasmo  y mala leche su acta de defunción. ¿La calificación de la alternativa contará en el currículum?  ¿Se va a dejar la Religión como simple actividad extraescolar? ¿Con qué autoridad se les va a exigir a los alumnos la asistencia a clase? Tras las evaluaciones de Junio, cuando algunos profesores se ofrecen para preparar la prueba de Selectividad, al estar ya aprobados los alumnos, la asistencia es prácticamente nula.

La lucha encarnizada contra la Educación para la ciudadanía que emprendió la derecha política española, promoviendo incluso la objeción de conciencia, fue absurda, pues no era un sistema de adoctrinamiento perverso, como ya he comentado en estas páginas. No lo hacía posible el currículum, ni el tiempo escasísimo dedicado a ella, ni el profesorado que la impartía,  en la mayoría de los casos. Entre otros, en la concertada. Pero el PP acabó fulminándola en la LOMCE.

De igual forma, la izquierda española ha mantenido una histórica cruzada contra la enseñanza de la Religión en la escuela. Ha pretendido relegarla al ámbito de lo privado, a pesar de los pactos con Roma. Y olvida que en estos momentos la doctrina católica no imprime carácter en niños y jóvenes españoles. ¿Quién diferencia un fin de semana los comportamientos éticos y cívicos de un joven creyente y un laico? La educación en valores desde una u otra corriente de pensamiento no está consiguiendo modificar las conductas de los chicos respecto  al alcohol, la droga, el sexo o el compromiso social, en general.

Por lo que ya es hora de dejarse de fuegos artificiales, de introducir enmiendas sectarias en el sistema educativo y de sentarse a pactar una Ley de Educación seria, para toda España, con asignaturas troncales bien definidas en ciencias, letras, idiomas y nuevas tecnologías, suprimiendo  toda la basura que fluye por los libros. Y seleccionando al profesorado por su preparación científica, y pedagógica, así como por  su capacidad de comunicación. Permanencia en el puesto por la eficacia, no por haber superado una oposición.

(Publicado en IDEAL de Granada, el martes 24  de Julio de 2018)

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