AVANZA, Laboratorio de ideas de progreso, ya está en marcha. Lo presentó el presidente del Gobierno el pasado día 3 de julio. Este think tank socialista, bajo la batuta de Manuel Escudero, ha sido visto por algunos analistas como un contrapeso de la Fundación Faes, presidida por Aznar desde hace 33 años.
FAES, Fundación para el Análisis y los Estudios Sociales, a través de conferencias, seminarios, publicaciones… intenta «promover y difundir ideas basadas en la libertad política, intelectual y económica, así como fortalecer los valores de la libertad, la democracia, el estado de derecho, el libre mercado y el humanismo occidental». El trabajo que realiza puede nutrir la formación y práctica de políticos de centro y derecha, pero no riega el pensamiento y sentimiento de la gente.
Si analizamos las líneas programáticas que Escudero desglosó en el arranque de AVANZA, vemos que el campo de trabajo del Consejo científico y los intelectuales no es otro que el fortalecimiento del «sanchismo» con sus luces y sombras. Insiste en el feminismo, la contaminación, la inmigración, y, sobre todo, en «hacer frente a la ola reaccionaria que amenaza el mundo» (Sánchez).
Por ello, dentro de esta Fundación habrá un grupo de trabajo que elabore medidas para luchar contra la «desinformación y los bulos de la ultraderecha». «Aportará conocimiento, análisis, arrojará luz sobre asuntos complejos y más que nunca va a contribuir a desmontar las narrativas basadas en bulos y falsedades».
Tiene también previsto un «máster» (esto nos suena, con la misma o distinta música) que acogerá alguna Universidad. ¿Qué Rector se opondría? ¿De qué diplomados se nutrirá el máster, si se van a seleccionar por «méritos y trayectoria»? ¿Se suprimirá la titulación universitaria para el acceso, ya que el desempeño de un ministerio o una presidencia de Gobierno no requiere titulación? Son preguntas retóricas.
Dicen, desde la Fundación, que van a trabajar sobre «valores», porque las convicciones son un elemento tan esencial como el dominio de las políticas. Es cierto que los valores crean convicciones, pero hay convicciones políticas, religiosas o sociales, que no son valores. ¿Acaso muchos bulos de los que se está hablando no son convicciones de quienes los propagan y de muchos receptores?
Combatir bulos y desinformaciones no debe hacerse desde la dictadura del poder, porque los gobiernos autárquicos son los que ofrecen más informaciones sesgadas y falsas. ¿Ha habido transparencia en los pactos con el independentismo catalán y vasco? Eso es desinformación, y condiciona en uno u otro sentido el voto. ¿Los medios de comunicación progubernamentales ofrecen siempre información veraz a los lectores? Contra la mentira se lucha con la verdad, y para ello es fundamental una formación sólida en lengua, historia, filosofía, medios de comunicación…, desde primaria a la Universidad. De forma que el ciudadano pueda analizar el mensaje recibido y desmontar la manipulación política, comercial, erótica, publicitaria… Esperemos que, con las medidas persecutorias del Ejecutivo, determinados medios no tengan que emigrar y crear una nueva «Pirenaica» a través de Internet. Intercambio de funciones.
Publicado en IDEAL de Granada el viernes 26 de julio de 2024