Ética de los negocios

            La ética tradicional, creada por la filosofía y la religión, vive una profunda crisis. Esa moral heterónoma, impuesta de forma inquisitorial por las confesiones religiosas y regímenes políticos, ha tocado a su fin. El comportamiento humano se halla sujeto al egoísmo, al hedonismo, a la felicidad individuales, en el marco de una anarquía de valores. Una moral sin obligación ni sanción, sin imperativos. Aunque cada uno asume su obrar, no actúa desde la óptica del imperativo categórico kantiano: «Obra de tal modo que la máxima de tu voluntad pueda valer siempre al mismo tiempo como principio de una legislación universal». Nadie pretende convertirse en legislador, ni en modelo social. Con todo, encontramos bastante sensibilidad respecto a determinados valores: medio ambiente, lucha contra la corrupción, solidaridad en las catástrofes…

            Por otro lado, las organizaciones financieras están asumiendo unos códigos éticos para ganarse la confianza de la sociedad. Como escribe el filósofo francés Lipovetsky, «desde hace algunos años, en efecto, se ha instaurado un marketing de un tipo nuevo que afirma explícitamente su preocupación por los valores y posiciona las marcas y los productos sobre la base de la moral». De ahí que se publiciten bajo el paraguas de mercados verdes, productos ecológicos, envases limpios, economía circular o sostenible, comercio solidario, mejorar la vida de las personas…

            Bajo este prisma, el Sr. Quintanilla, presidente de McDonald’s España, inauguró el establecimiento 600 de nuestro país, en la Gran vía granadina, hace un par de semanas. Completar la variada oferta gastronómica granadina, con calidad y productos de la tierra: los panes de las hamburguesas, la carne, las verduras, el vinagre, el kétchup… Un 70 % andaluz y nacional.  Proveedores locales… El número de trabajadores en España asciende a 25.000, y en Granada, a 50.

            Laia Mas, directora de Danone, dice que la misión de su empresa «es formar parte del motor de cambio de la sociedad a través de un modo de producción que tenga en cuenta el impacto social, medioambiental y económico». Y los retos de IKEA son facilitar una vida sostenible y saludable en los hogares, con un modelo de producción circular, trato justo e igualitario en las relaciones comerciales, retirada de todos los productos de plástico y lucha contra la pobreza y el cambio climático.

        Así, «la moral se ha transformado, según Lipovetsky, en medio económico, en herramienta de gestión, en técnica de gestión de empresas». E, inteligentemente, en anzuelo para pescar clientes y obtener beneficios. Porque, frente al Estado, la empresa tiene por objetivo crear riqueza y generar capital, empleando las técnicas legales apropiadas, en el marco de los valores imperantes en cada momento. De lo contrario, se ve abocada al cierre o la deslocalización. Business is business.

Publicado en IDEAL d Granada el sábado 30 de septiembre de 2023

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