El nuevo libro, «NO-COSAS», de Byung-Chul Han, coreano afincado en Alemania, nos invita a reflexionar sobre el conocimiento en la era digital. La gnoseología, disciplina dentro de la filosofía, estudia cómo los grandes pensadores han interpretado nuestro acceso al conocimiento de la realidad. Históricamente aparecen dos corrientes principales: la idealista y la realista. Para los idealistas, no existe un mundo fuera del sujeto. Para los realistas, los objetos sí tienen autonomía fuera del sujeto que los observa.
Han se lamenta de que el mundo digital nos esté alejando del contacto con las cosas, de su encanto, de su colorido, de su musicalidad… El mundo terrenal, el de los objetos, el de las personas, con el que compartimos la existencia, trabajando, creando, soñando, amando… está quedando desierto. «Ya no habitamos la tierra y el cielo, sino Google Earth y la nube». No conocemos las cosas, sino su versión virtual, la «des-cosificada».
Y esta versión nos llega a través de una sobrecarga de información: una saturación que impide la construcción de unos conocimientos sólidos y la fundamentación de verdades fiables. Mientras la censura funcionaba, no hace mucho, bloqueando la información, hoy funciona, según Noah Harari, «avasallando a la gente con información irrelevante».
Internet suprime las distancias, pero no nos acerca al otro, sino que nos aleja de él. «Que el otro desaparezca es realmente un acontecimiento dramático. (…) El otro, despojado de su alteridad, se rebaja hasta convertirse en un objeto disponible y consumible», escribe Han. Recuerdo un artículo de Manuel Vicent, Teléfonos móviles, en el que presentaba a dos jóvenes enamorados en la mesa de un bar, y él tuvo que acudir al móvil para declararle a ella su amor. O a dos amigas de diez años que, hace unos días, pasaban el fin de semana juntas. A media tarde, tendidas en la misma cama, se daban la espalda, navegando cada una en su propio móvil.
Señala a Facebook y Google como los nuevos capitalistas. «Capitalismo que no encuentra resistencia y que satisface las necesidades que él mismo nos crea». Desarrollando «inteligencia artificial» y «juegos de ordenador», el nuevo capitalismo está endosando a los Estados bolsas de parados que no van a encontrar nunca trabajo, ya que jamás rendirán más que los algoritmos. Por lo que «renta básica y juegos de ordenador» serán los instrumentos que los gobiernos utilizarán para calmar a estos colectivos y recabar sus votos. A los que Harari, en Homo Deus, añade las drogas. Nos suena esta música.
La realidad digital está creando, pues, un «nuevo mundo» que afecta al conocimiento, a las relaciones personales, familiares y sociales. Un mundo desarraigado de la tierra, del “humus” del que procedemos, y que impacta seriamente en la psique de las personas, en la convivencia, en la atomización de la política, en la economía y en la estabilidad mundial.
Publicado en IDEAL de Granada el lunes 13 de diciembre de 2021