Al finalizar las vacaciones de verano Ideal ha ofrecido a sus lectores datos y opiniones sobre la problemática de los “apartamentos turísticos” en Granada y provincia. Este fenómeno, que avanza imparable en España, está generando problemas serios en ciudades como Barcelona, Madrid, Comunidad Valenciana… Problemas que son abordados por los respectivos gobiernos con medidas legislativas discutibles y, para mucha gente, preocupantes, pues se trata de hacer frente a una situación nueva que afecta al sector hotelero, a comunidades de vecinos, a edificios, a la cultura, al turismo y, en consecuencia, a la economía de pueblos y ciudades.
La Junta de Andalucía, mediante el Decreto de 28/2016, de 2 de febrero, que modifica el Decreto 194/2010, de 2 de abril, intenta “la ordenación de las viviendas con fines turísticos”, a las que define como “vivienda en zona residencial donde se ofrece mediante precio servicio de alojamiento”(sic). El Decreto, en líneas generales, normaliza satisfactoriamente el cambio de uso de la vivienda para alojamiento turístico: características de construcción, equipamiento, condiciones del contrato, registro en Consejería de Turismo, permiso de la comunidad de vecinos…. Hay sin embargo, problemas que el Decreto no contempla. Pero, ¿quién controla el cumplimiento de la Ley?
Antonio Sánchez nos ofrecía, el domingo 26, un reportaje en este periódico, en el que ponía, negro sobre blanco, la situación del tema en Granada y provincia. La oferta de alojamientos en apartamentos supera ya a la de los hoteles: cuatro mil en la capital y cuatro mil en la provincia. La federación de hostelería se queja por considerar a la competencia una bolsa de fraude, consentida por la Junta, mientras que en la comarca alpujarreña se congratulan por el respiro que esta modalidad de estancia ofrece a la economía devastada de la zona.
La nueva modalidad de alojamiento no provoca todavía en Granada una situación alarmante, como en Baleares, porque aquí vamos siempre con retraso. Pero sabemos que todo llegará; incluso el AVE. Por lo que hay que tener paciencia e ir diseñando estrategias para que los cambios que afectan a este sector sean lo menos traumáticos posible. Pues, como declaraba Zurab Pololikshvili, Secretario General de la Organización Mundial de Turismo, a Héctor Barbotta, “los apartamentos turísticos es un modelo que no se puede parar”.
En Granada la oferta de vivienda turística está ya afectando de forma negativa a los hoteles, que se ven obligados a la bajada de precios. Va a provocar una subida de los alquileres, como en Ibiza y Mallorca, en detrimento de los inquilinos, así como en el precio de 200 € mensuales que pagan por habitación los 20.000 universitarios foráneos que residen en la capital. Las comunidades de vecinos también estamos sufriendo el trasiego diario de estos turistas que ocupan pisos carentes de insonorización, con entradas, salidas, duchas…. a horas inusuales, y que desaparecen como estrellas fugaces, dejándonos la huella del desvelo y el amargor de la indefensión. Es previsible que también afecte a la reforma de edificios. Y, por supuesto, ¿a cuánto asciende el fraude de los cuarenta millones de euros de alquiler estudiantil, más los millones no cuantificados en alojamientos turísticos?
Es evidente que el progreso no hay quien lo pare. Lo nuevo acaba arrasando lo viejo. Lo vemos, con las nuevas tecnologías, en la comunicación, en la industria, en la medicina, en el comercio, en la agricultura, en los transportes… Por lo que es necesario diseñar, en este terreno, un tránsito que deje los menos daños colaterales posibles. Para ello hay que adelantarse al tsunami que nos llega, tomando lo positivo que han realizado otras ciudades afectadas, como Amsterdam, San Francisco, Madrid… Y prepararse para dialogar con los Fondos de Inversión y Operadores turísticos que gestionan el tema.
(Publicado en IDEAL de Granada el martes 4 de septiembre de 2018)